Desde que el pasado 8 de noviembre fue elegido presidente de los Estados Unidos, la controvertida figura del republicano Donald Trump ha copado titulares, vaticinios, críticas y, sobre todo, sorpresa e incredulidad entre los estadounidenses y el resto del mundo. La potencia mundial por excelencia ejerce un indudable efecto llamada en la política y en la economía internacionales.Encrucijada de incertidumbres para el euroEn el caso de las finanzas globales, no son pocos los puntos de inflexión que cruzan sus derivadas con la curva de la economía y las inversiones en todo el mundo. Ya ocurrió con el sorprendente triunfo del Brexit hace sólo unos meses y, a la vuelta de la esquina, asoman el referéndum constitucional en Italia del 4 de diciembre y las elecciones generales en 2017 en Francia, Alemania y Holanda.Si, de la misma forma que ha ocurrido en Estados Unidos, los electores en esas cuatro importantes potencias de la Unión Europea deciden abrir la puerta a políticas de corte populista y proteccionista, el futuro y la estabilidad de la moneda europea común quedará en entredicho.Diagnóstico Trump: las claves de su política económicaPor el momento, y a falta de que el presidente electo de los Estados Unidos jure su cargo el próximo 20 de enero de 2017, la radiografía de la situación es de “incertidumbre”. Sin embargo, al menos podemos descartar el “pánico” generalizado que pareció instaurarse en los mercados internacionales como eco del vuelco electoral en Estados Unidos tras ocho años de gobierno demócrata.A pesar de obtener la mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes, Donald Trump cuenta con no pocos críticos entre las propias filas del partido republicano. Por esta razón y por motivos de viabilidad “orgánica”, es probable que las propuestas más excéntricas de Trump en campaña adopten un cariz más moderado o incluso no lleguen a implementarse una vez que ocupe el Despacho Oval en la Casa Blanca.El credo político-económico de este excéntrico neoyorquino ha sabido granjearse el descontento de la clase media blanca, hastiada de la pérdida de poder adquisitivo en las últimas décadas. También ha influido decisivamente el hecho de que el ala demócrata no les hubiera considerado “minoría”, en un sentido asistencialista y positivo, como a los latinos, los negros o las mujeres.Aún es pronto para detectar grandes fluctuaciones en el mercado internacional de las finanzas como consecuencia directa del Efecto Trump. Como preámbulo, siquiera conceptual, contamos con las líneas maestras económicas que el presidente electo de EEUU ha ido desgranando en campaña electoral: una bajada de impuestos tanto a empresas como personas físicas, la puesta en marcha de un ambicioso programa de infraestructuras (con el consiguiente endeudamiento nacional) y la revisión de las políticas arancelarias con China y otras economías emergentes fruto del proteccionismo que propugna Trump. Por último, y en el ámbito de la política energética, parece que el recién elegido presidente apuesta por las fuentes fósiles de energía (petróleo y carbón, en menor medida) frente a las renovables.El futuro del euro frente al dólarEn cuanto a la escalada del precio del dinero y el equilibrio dólar/euro a ambos lados del Atlántico, habrá que analizar con calma los acontecimientos políticos que vayan sucediéndose en el viejo continente y sus posibles consecuencias en el estado de salud de la moneda única europea.Mientras tanto, parece más que probable que la agresiva política fiscal y el proteccionismo de Trump se traducirán en los próximos meses en una escalada de la inflación en Estados Unidos. Asociadas a esta tendencia inflacionista, parecen seguras sucesivas revisiones al alza de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, independientemente de la permanencia o no al frente de la entidad financiera de Janet Yellen, quien ya ha mostrado abiertamente sus diferencias con Trump.En conclusión, el Efecto Trump ya es una realidad aunque, hasta el momento, no se postula de forma clara ni como un valor en alza ni como un “muro” para los inversores a este lado del Atlántico. Implicaciones más cercanas como el Brexit y posibles futuras réplicas de ese duro golpe a la Unión Europea en países como Italia, Francia y Alemania pueden llegar a ser más determinantes en tu cartera de inversión a corto y medio plazo.